Hace dos día vi la película Julie & Julia (con Meryl Streep, como siempre, o, casi siempre, extraordinaria) y, además de las ganas de comer rico, me recordó el origen de este Toborochi: ser una especie de diario íntino, muy personal, sin expectativas, sin necesidad de la aprobación de nadie, en fin, una suerte de terapia/memoria expresiva unipersonal. Acá el autor, el editor y el lector soy, inicialmente, yo. Pequeña patria privada.
Así que ahí vamos.
Es febrero, pasó el Carnaval (una festividad que nunca fue mía) quizás porque no sé bailar, sí sé emborracharme, pero bailar es una ciencia y un arte que aún me está vedado. Mi situación laboral, para variar, es incierta, en lo que va del año no he recibido ni un puto peso. A veces pienso que ganar dinero es la realización personal/espiritual que en este momento exacto de mi vida debo acometer.
Sí, quizás vivir es eso, completarse, hacer lo que más nos cuesta, vencernos, liberarnos de nuestros traumas y limitaciones culturales, familiares y, por supuesto, individuales.
OK. Que mi oración sea, entonces, volverme rico.
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