FUGA DE CORAZONES

28 de mayo de 2008

A estas horas, exactamente, mi dilecto amigo, mi entrañable compañero, mi maestro de sentimientos, mi gurú personal de entregas, Luis Felipe Rossel (mi Feliponche querido, en la foto con don Aníbal, su padre), se encuentra sentado en un avión que dentro de pocas horas lo depositará en algún lugar de Italia.

En este caso, al menos, el vuelo migratorio tiene dos muy buenas razones: arte y amor.

Anoche me comentaba este cantautor talentoso y este ser humano increíble, que su ida era “por un año o máximo dos”. Y yo quise creerle. En serio.

Ahora, sentado frente a este monitor Samsung SyncMaster 740N, no puedo sino pensar en lo solos que nos vamos quedando, en esta galería de autoexiliados cada vez más gorda y triste, en esta fuga masiva de algunos de los mejores hombres y mujeres que tenía la Patria (ahora mismo pienso en mi Paisana, en María del Carmen, en Giovanna, en Geovanna, en Danny, en Freddy, en Patricia, en Chicho, en Paola, en Marcela, en Feliponche, en… fin).

Pero quiero aclarar que en este virtual abandono del barco, a mí, en lo personal, poco me importa la fuga de cerebros, lo que me jode el alma es la fuga de corazones. ¡Tanto afecto distanciado! ¡Tantas tertulias que no serán pronunciadas! ¡Tantas amanecidas en los brazos del alcohol y la complicidad que no recordaremos porque ya no sucederán!

Ni modo. Eso había sido la vida: un contínuo decir adiós.
Cae la tarde, pulo mi texto, hago "clic" en “PUBLICAR ENTRADA”, mando esta botella al mar del desánimo mientras, con una sinceridad que a mí mismo me sorprende, le pido a todos los dioses –a los del cielo y a los de la tierra- que protejan a todos estos pedazos de mi alma y que les vaya bien. Muy bien. Se lo merecen.

6 comentarios:

Vania B. dijo...

Tanto se habla de la migración, y es la primera vez que le dan un nombre tan entrañable: fuga de corazones. Y es que es precisamente eso, cuánta gente habrá que tiene el corazón repartido en diferentes continentes, con el correspondiente dolor que esa división implica.

Bueno, yo tengo mi corazón en diferentes lugares del país, eso duele menos, porque (supuestamente) cualquier ratito me puedo escapar a la ciudad verde y circular y disfrutar de juntar de nuevo mi corazón dividido.

Un abrazo enorme, querido Puki.

Anónimo dijo...

Nos han hecho creer que la aldea global es pequeña y que corazones y sentimientos se encuentran derrochados y esparcidos en cada esquina. ¡Qué falacia! A veces quisiera que todos estemos compartiendo el mismo espacio patrio, qué pena. Al menos conformémonos con estar en el espacio terrenal.

Para aquellos que aumentaron nuestro sístoles y diásteles, dejando su huella en nuestra mente y corazón, un abrazo infinito (te extrañaremos Felipe).

MadelCarmen Vargas dijo...

Mi queridísimo Toborochi:
Este corazoncito sigue pensando en su gente querida. Sigue añorando esas conversaciones con café, y a veces, vino.
Este corazoncito está aprendiendo mucho para ayudar a construir mejor a nuestra querida Patria.
Te extraño, espero llegar en julio.
Va un beso grandísimo, y un abrazo interminable.
Tu cortesana

MadelCarmen Vargas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Me gustò tu artìculo de Feliponche, Fra Filippo Lippi, Feli. La verdad es que tienes una buena tècnica cuando escribes, ya Feli me hablò de ti. Muy linda tu nota.
molinit@gmail.com

La Vero Vero dijo...

!Así...contigo, escribiendo. Así, Puky, no se puede!

No se puede con la(s) distancia(s).

Todos los abrazos, todas las nostalgias.