Lo primero que quiero agradecerte
son tus pestañas
con las que sembraste manzanas
en el centro exacto del Paraíso
y tus labios
que supieron deletrear
el olvidado abecedario de mi piel
y tu ombligo
capital de ese país
que me dio cobijo
tiempo, humor y miel
y la gruta luminosa de tu centro
donde enterré
impúdico y alado
todas las urgencias de este insoportable verano
y tu alma
laberinto insomne
trampa de arena
cadalso sumergido
y
claro
(nadie es perfecto)
tu ajedrez
tu esgrima
tu gesto
tu grito
tu odio
tu adiós.
Inventario número seis
1 de febrero de 2008
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4 comentarios:
Una partida perdida de antemano sería enfrentarse a una mujer en forma de juego de ajedrez.
Bonito inventario, desde las pestañas hasta el laberinto insome de su alma...
Yo quiero una copia del conciertito de Sabina y Serrat, por favor, por favor.
Sobre el poema:
A veces las palabras se dejan ser tan exactas y colectivas que nos hacen llorar.
Alguna vez; yo también agradecí.
Un abrazo querido Profe.
...:
Lo dijiste de manera inmejorable. Bienvenida (apostaría que sos mujer).
El defensor:
Te la merecés, aunque yo creo en el trueque artístico...
... y lo que todavía agradeceremos...
Un abrazo.
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