URGENTE COMO TU BOCA (PRESENTACIÓN)

9 de agosto de 2010

Durante la última Feria del Libro de Santa Cruz de la Sierra (mayo-junio, 2010), viví muchas cosas memorables. Una de ellas fue la presentación del último poemario de mi entrañable amigo Eugenio Verde-Ramo Olmos ("el más susceptible de la calle Ingavi"). Estas son las palabras que pronuncié en aquella ocasión.




"Quiero comenzar la presentación de este nuevo poemario citando al poeta mexicano Octavio Paz (que algo sabía de estas cosas), cuando decía que: “La poesía tiene mil caras… y a la vez, ninguna”.


Y esto es totalmente cierto porque Ella, la poesía, se nos presenta de muchas maneras. Algunas veces lo hace bajo el ropaje de la solemnidad, con un rostro adusto y serio, diríase que ha estado preocupada por quién sabe qué terribles cosas.


Pero en otras, la poesía es una adolescente traviesa, capaz de despeinarte el jopo a vos (o incluso hasta a mí), jalarte la oreja, levantarle la falda a las mujeres en plena plaza, o ser como un niño impúdico que acaba de descubrir que tiene “pilín” y va y se lo muestra orgulloso a todos. En especial a la tía beata y al pastor de la iglesia evangélica de enfrente.


En lo personal yo busco y prefiero a este segundo tipo de poesía: la traviesa, la irresponsable, la jodona, la buscapleitos, la que se entiende.

Y bueno, ese tipo de travesuras es lo que nos presenta, una y otra vez, la poesía de nuestro buen amigo Eugenio Verde-Ramo Olmos, “Gringo”, poeta e ingeniero, “el más susceptible de la calle Ingavi”.


FRAGMENTOS ELEGIDOS. BOCAS.


(Pág. 10)

El asunto de tu boca es largo y tendido porque permite tu alimento, tu permanencia en el tiempo, la respiración boca a boca, el salvoconducto, el entretenimiento, la saliva, el beso que extralimita espacios y materializa los deseos, el éxtasis de mirarte, la alegría de escucharte.


(Pág. 33)

De tu boca salió fuego y saliva, salió espuma con bichos, salieron disparates.

Tu boca es sucia, sabe a barro, huele a muerto, huele a pucho. Es un anzuelo, es un arma, es un grito.

Tu boca de cocodrilo, de resorte, tu bocanada incolora de nada, de mala.

De tu boca espero cualquier cosa.


Uno de los rasgos más notables de la propuesta literaria de Gringo, es decir, de su manera personal de atravesar ese feroz y entrañable territorio que solemos llamar poesía, es su incorporación abrupta e inesperada de la cotidianeidad, por ejemplo: “Con tu boca me hiciste el amor en parado”, “Si hasta el lunes no me besás, te hago meter presa”, “Tu boca es chocolate que se derrite y tapa orificios… tu boca es internet full banda ancha”. “Tu boca masca chicle, chupa pastilla” y, finalmente: “Tu boca de chola”.


Otro rasgo es el voseo, rasgo nada desdeñable por cierto, puesto que si así hablamos (vos, tenés, querés, buscás, hacés, sentís, amás, morís, etc.), ¿por qué no íbamos a escribir así? Así el lector se encuentra leyendo del modo en el que habla, sin poses, sin artilugios, sin fingimientos. Quien se acerca a los libros de Eugenio, lee como se habla en la calle, en el patio, en la cama.


Un tercer rasgo es el notable agotamiento de todas las posibilidades expresivas de un objeto específico: antes fueron las manos, después los ojos y ahora, la boca, ese túnel, puente, puerto, puerta, compuerta, espacio, orificio, desembocadura, horno, aventura, instrumento, batalla, destino, en fin, ¡cuántas maneras de decir boca!


Yo, en lo personal, después de leer este poemario (que hoy La Hoguera y el autor ponen a nuestro alcance), no he podido volver a ver una boca de la misma manera, Gringo nos ha regalado un modo inusual, novedoso, bellaco y disfrutable de aproximarnos a los labios que nos dicen, nos besan, nos lamen, nos elevan al cielo y, claro, son los mismos labios que nos detienen, nos insultan, nos gritan, nos aprisionan y… nos mandan a la mierda en chinelas.


Gringo querido, te felicito por esta voz tan tuya, tan personal y tan necesaria de celebrar a esta entrañable travesura que llamamos poesía.


Muchas gracias."