"...la necedad de vivir sin tener precio..." (S.R.)

27 de septiembre de 2008

¿Qué? ¿Dejar que venga una "mina" posesiva y aburrida, y quedarme con ella sólo por terror a la soledad ? ¡¡¡¡Nunca!!!

¿Qué? ¿Que venga un dios egocéntrico y pretenda que crea en "él", sólo por su maldito y mediocre infierno? ¡¡¡Nica...!!!

¿Qué? ¿Que venga un señor o señora que por pagarme un sueldo pretenda que me quede incólume después de su puteada semanal? ¡Imposible!

Lo siento, yo he leído a Galeano y he escuchado a Silvio. ¡Que asusten a otros los mediocres armados de amenazas!

La cárcel

26 de septiembre de 2008

Haciendo una reducción bastante burda, podríamos aventurar que tres tipos de seres humanos han coexistido en este breve tránsito que llamamos vida.

1. La inmensa mayoría que nunca supo que estaba alojada en una cárcel.

2. Los que sí se dieron cuenta y, envanecidos por ello, con soberbia la describieron en magníficos poemas, pinturas, canciones y sesudos ensayos científicos.

3. Los que –a riesgo de morir en el intento- acometieron la porfiada tarea de librarse de ella. Y lo consiguieron…

¿A qué tipo pertenecés vos?


P.D. Ya lo dijo mi dilecto poeta y amigo, Homero Carvalho: "... hay puertas que sólo se abren desde adentro".

¿Es real la "realidad"?

23 de septiembre de 2008

Primero fue que me soñé que me lesionaban el tobillo derecho y que, por lo tanto, durante mucho tiempo no iba a poder jugar fútbol. La tristeza y la frustración que sentí fueron angustiantes…

Luego, soñé que rayaba la carrocería de una camionetanga azul de lujo, e incluso le rompía el retrovisor. En mi sueño hice un cálculo mental acerca de cuánto me costaría ese infortunado desliz automovilístico y, nuevamente, me angustié horrores.

Pero cuando desperté de ambos sueños, sentí un alivio tan absoluto, tan… total. ¡No eran reales! ¡Mi tobillo estaba ahí, intacto, y la camioneta azul nunca existió! ¡Eran simples fantasías, espejismos, humo…!

¡Caramba! Habrá entonces que preguntarse: ¿no será que en esta vida también nos angustiamos y sufrimos enormemente por cosas, personas o situaciones que son pasajeras nomás?

Y, ¿no será "la vida" otro sueño, otra ilusión, otro humo del que despertamos con eso que solemos llamar “muerte”?
Si es así, ¿valía la pena –entonces- angustiarse tanto?

Danáe, su magia

19 de septiembre de 2008

Muchas veces se me da por pensar que vivir o estar muerto es... indiferente.

Pero, hace cinco minutos, Danáe ingresó a mi cuarto como un torbellino y, “en un dos por tres”, a los 4 años de su edad me convenció (con un argumento sin palabras) que vivir vale la pena.

Ahora sé por qué, a pesar de todas las evidencias, los seres humanos continuamos –tozudamente- trayendo niños a este extraño mundo.

EN BUSCA DE LA HIPERLUCIDEZ: UN ESCENARIO

18 de septiembre de 2008

Dicen que cuando el discípulo está listo, el Maestro aparece.

Como comenté recientemente, he decidido utilizar el supremo recurso de la hiperlucidez para intentar comprender lo que ocurre detrás del "extraño caso del Dr. Costas y Mr. Morales (o viceversa)", y, ¡cabalito!, me entero de la siguiente actividad que, en una de ésas, te interesa a vos también.


Al primero de los conferencistas (Juan Martínez Cusicanqui), tengo el placer y el privilegio de conocerlo desde hace años. Admiro en él la fuerza de sus convicciones, su humanismo a prueba de balas, su sentido del humor y la pasión que le imprime a cada una de sus disertaciones. Recomendable too much.

LOS CALIGRAMAS DE SERGIO

16 de septiembre de 2008


Una de las buenas noticias que circula por nuestro país proviene –cuándo no- del arte.

Sucede que mis queridos (y envidiados) amigos cantautores están haciendo unos discos de la "reputa madre".

El que más grata revelación ha sido para mí, en estas últimas semanas, lleva por título “Caligramas”, y proviene de la voz y el talento del paceño (y bolivarista) Sergio Antezana.

En él, a lo largo de 13 canciones, encontré a alguien dotado de una poderosa voz, llena de matices, fuerza y color. Pero, además, a un compositor lúcido y creativo. De muestra un botón, la canción “El ángel” (la segunda del CD) comienza con un verso memorable: “Un ángel que aprende a volar se merece el vuelo, si puede arriesgar el caer del cielo…”. ¡Fantástico! Preciso y letal, como los versos que uno atesora y cita a las cuatro de la mañana en Peko's o seis segundos después de hacer el amor.

Otras canciones como “Vida”, “La universal”, “La luz del alba” (mi favorita for ever), “Carrusel”, “Talismán” y demás, confirman el feliz hallazgo de un artista en plenitud, y anulan -además- la posibilidad de la chichada o de la chiripa y nos revelan, por el contrario, a un cantautor maduro, intenso, inteligente.


Créanmelo, existen motivos para el optimismo. Nuestros compositores están pergeñando canciones memorables, y estos Caligramas constituyen una muestra, por demás, notable.
P.D. El diseño gráfico y la diagramación de Franz Fox son impecables (había olvidado la otra razón por la cual uno tendría que comprarse Cd's originales).

EN BUSCA DE LA HIPERLUCIDEZ

14 de septiembre de 2008

Confieso que, como casi todos, estuve/estoy –políticamente- extraviado.

En esta gris película que es la realidad política boliviana, ya no sé quién es el “bueno” o quién es el “malo”.

Para intentar comprender este decadente filme de horror me pertreché de los artefactos que tengo por más confiables: los libros.
Por eso, en este último tiempo he leído “…un tal Evo”, “Evo Morales: el primer presidente indígena de América del Sur”, “Santa Cruz: una tesis”, “Ciudadano X” y, finalmente, “Jefazo”. Con la información contenida en todos ellos me dispuse a armar el “rompecabezas” e intentar comprender algo, alguito.

Y nada…

Pero lejos de hundirme en la depresión "post-parto" he optado por una salida que, podríamos denominar, “científica”. Queda decidido y establecido –por lo tanto- mi alejamiento emocional de todos los proyectos que –hoy por hoy- untan de sangre, incertidumbre y muerte a diversas regiones de mi país.

Por ello, instalado sobre un mirador que aspire a la lucidez, voy a observar –con la concentración y la dedicación de un prolijo botánico- el peculiar comportamiento de esta rara avis que las enciclopedias apenas llaman “sociedad boliviana”.

Sé que esta opción personal no servirá para nada, excepto, quizás, para obtener esa vana e inútil alegría que consiste en comprender el cómo, el por qué y el para qué suceden las cosas.

Si llego a entender algo, alguito, prometo avisar…