Los versos de agua

25 de junio de 2008

En la Novena Fiesta-Feria-Buri del Libro, entre otros placeres, tuve el gusto de acompañar a una joven escritora en la presentación de su primer poemario. Estas son las palabras que pronuncié en aquella ocasión.

P.D. A falta de fotografías de aquella memorable jornada, incluyo esta otra -producto del buen ojo de la talentosa Mariana Cuéllar- capturada en otra no menos feliz ocasión.

Leer un libro de poesía es semejante a lidiar con un toro: todos vociferan, hay ambiente de fiesta, pero alguien –inevitablemente- va a morir. Mas siendo la materia a disposición del lector –o sea el poema- de una sustancia tan etérea, ingrávida, poco gentil y sediciosa, el difunto nunca puede ser previsto.

Me ha pasado eso –ese transitar por la cornisa de la incertidumbre- siempre que me he sumergido en las páginas de los poemarios, y estos Versos de agua no han sido la excepción.

Claudia Cecilia Vaca Flores nos propone en estas páginas un vertiginoso viaje a través del Verbo. Sus poemas -al menos externamente- son pequeñas y elaboradas piezas de estructuras disímiles, pero no nos engañemos, adentro se agitan, la pasión desbocada, las ganas, el silencio, la urgente espera, la sangre del toro derramada…

A lo largo de los tres episodios o tramos de este tránsito verbal (Infancia, Desandarse y Gratitud), esta joven escritora deshoja crueles margaritas que, a la manera de los buenos haikus, propician la búsqueda del sentido último en cada lector.

Creo que no me equivoco si afirmo que estas páginas son audaces invitaciones, fotografías tenues, sutiles olores y pálidas promesas que, estoy seguro, sorprenderán a muchos. Me consta. A mí me ha pasado. Debe ser porque, como ella misma confiesa en una de esas extrañas instantáneas que son sus poemas:


“Cuando escribo
anhelo que el lenguaje alcance para no morir.

Cuando concluyo,
he muerto y vuelto a nacer”.

En fin, tendremos que leer una y otra vez estos húmedos versos porque es preciso saber cómo ama, odia, vive, mata y olvida una mujer joven en estos extraños tiempos del agua y otras inundaciones.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bien Puky que estes apoyando a la gente joven en estos sus empredimientos, es hora ya de que le den cabida a los nuevos actores a los jovenes de 15 a 27 años, que no son muy tomados en cuenta por su "juventud" y por su poca ayuda para insentivarlos a sacar lo que llevan dentro, por qué llaman poesía joven, decía una amiga, a aquellos que pasan de los 30?, ella tiene 18 y tiene unas ganas de ser escuchada, mi propuesta es crear espacios donde vedaderamente escuchemos a éstos jovenes poetas y futuros escritores....lamento si soy algo agresiva, pero me dolio mucho escucharla a mi amiga hablar asi, con esa desespción en sus ojos y sus letras...haber la propuesta está hecha...ahora que mi gordito especial ya no hará programa,digo sólo por ahora. hay que buscar caminos...o que dices tú?

un abrazo fuerte mi querido escritor.

Anónimo dijo...

Mirá querida, en el área de la cultura nadie le regala nada a nadie (lo cual no es malo, ni bueno, sólo es así).

Lo que uno lográ es en base a talento y cojones.

Decile a tu amiga que se abra un blog, que vaya a las presentaciones de libros y que -sobre todo- lea mucho.

P.D. Pregúntenles a Homero o a Gary o a Giovanna o a Wolfango quién los incentivó en su "juventud".

No nos quejemos, propongamos.

Luna dijo...

Pukyyy
primero agradecerte por tu asistencia ayer!

espero tus comentarios!

y bueno respecto a este poemario, no lo he leido, la verdad...asi que ya tengo uno mas que debe ser por mi deborado...

Besitos

Mr. Cotton!! dijo...

la verdad soy nuevo en esto de los blogas y apoyo lo que dice puky en respuesta a elalmade... estoy muy de acuerdo en eso y justamente es eso lo que estoy empezando a hacer (no se si algun día lo terminare)
saludos

NiNoSkA NoGaLeS dijo...

que bueno pasar por el blogespacio y encontrar al arte de florecer en otoño... justo hoy leia despues de algunos años el ACOMETER... y que bueno saber que también podré leerte por aca!
saludos