Hoy el silencio nuevamente ha vencido
y precisamente a vos, Benedetti, que nunca
nunca te callaste
ni mezquinaste el Verbo
o la ira
o el entusiasmo
o el dedo acusador
o la ternura.
Hoy
todas las estaciones tienen una esquina rota
se hizo trizas la frágil tregua
nos quedamos sin táctica ni estrategia
(¿quién defenderá la alegría?)
hoy estamos más huérfanos que nunca
sin cómplice y todo.
Ni modo
vos ya lo sabías
la cosa es así
y hoy volvés al país del silencio.
Pero antes
quiero darte las gracias por no callarte
(como tantos de nosotros)
y por pronunciar las palabras
o sea el fuego
con el que encendí algunos de los labios
más importantes de mi vida.
(Yo que después del arduo amor
lo único a lo que atinaba
era a deslizarle palabras tuyas en el oído
a la espléndida o cautelosa mujer
que yacía
-junto a mí -
desnuda y en lo oscuro…)
Nada más por ahora
que los puentes como liebres nos junten
-más tarde que temprano-
en algún otro rincón del tiempo.
Saludos a Luz, a tu personal Luz.
P.D. Si lo ves a Dios
decile que esta
tampoco se la perdono.
A un tal Benedetti...
17 de mayo de 2009
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5 comentarios:
Ayer se acabó la Tregua.
Un abrazo.
Así sea... lindo poema hermano, no sé muy bien qué decir...la verdad que pega.
Merecido reconocimiento!
Escuché por la tele que murió en su casa, mientras dormía. Sé que no es ningún consuelo, pero fue una muerte tranquila, como un merecido descanso para una vida intensa.
"Acontece la noche y estoy solo/ cargo conmigo mismo a duras penas/ al buen amor
se lo llevó la muerte/ y no sé para quién seguir viviendo (...)".
Somos dos, somos tres, somos miles los que extrañaremos a este hombre que ha dejado una huella en cada uno de nosotros..
Ésta, yo tampoco se la perdono.
Había olvidado lo lindo que escribes, paisano.
Cariños
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