Gracias por el fuego

16 de junio de 2009

Cuando murió Benedetti, un amigo periodista de El Deber me pidió que escriba algo sobre él para una edición en homenaje a este poeta uruguayo y universal.

Esto es lo que salió...

GRACIAS POR EL FUEGO


Oscar “Puky” Gutiérrez es lector y poeta. Asume su condición de “benedettiano a perpetuidad”. En este texto le rinde su personal e íntimo homenaje a Mario Benedetti, el escritor de lo cotidiano, el “poeta de los versos que se sabe la gente”



17 de mayo. 18:30 con 38 segundos. Mientras tomo el café me llega el sms escueto y fatídico: “Se murió Benedetti…”.

“¡Mier-da! ¡Se murió Benedetti!”, repito en voz alta, lento y desencajado, interrumpiendo –de paso- la conversación entre mi prima y su cortejo. Momentos después, en la cocina, mi prima me pregunta: “¿Vos lo conociste?”. Quedo callado un largo tiempo, como abismado, luego le respondo rápido, casi por cumplir. En cambio, contestarme a mí mismo me toma un poco más de tiempo. ¿Lo conocí a Benedetti? Vayan estas líneas como un intento de respuesta.

Toma 1
Me es imposible recordar exactamente dónde y cómo lo conocí, cómo llegó a mis manos el primer libro suyo o para quién memoricé el primer poema. Cuando acordé, él ya estaba instalado en el medio mi vida, cosa nada extraña, puesto que es así, exactamente, como suele ocurrir con los grandes afectos.

Toma 2
Churrasco en mi casa. Me “encomiendan” al hijo de uno de los visitantes. Lo invito a ver conmigo un partido de fútbol por TV cable (Barcelona vs. Real Madrid, supongo). De pronto alguno dice: “El gol es el orgasmo del fútbol…”, y aclara, casi tímido: “al menos así lo define Galeano”. Mutua mirada de sorpresa e incredulidad. “Entonces, ¿también lo ubicás a Benedetti?, surge la pregunta. Dos segundos después traigo mis “Poemas de otros”, “La tregua”, “Inventario”, “El cumpleaños de Juan Ángel” y “Gracias por el fuego”. Sucede entonces la magia. Nos reconocemos paisanos del alma, ciudadanos de una misma alegría, habitantes del mismo extraño vecindario.

El resto de la tarde –por supuesto- nos la pasamos compartiendo poemas y datos, en pocas palabras, lo nuestro fue un típico caso de “amistad a primera vista”.

Hoy mi amigo cursa un doctorado en literatura en los Estados Unidos. Se llama Leonardo Bacarreza y sé –con absoluta certeza- que va a hacernos sentir muy orgullosos de ser bolivianos.

Toma 3
Chopería “El chupacoto”. Jueves. Ciudad de los anillos. Choleadito. Los infaltables amigos y una morena que empieza a encandilarme. Pronuncio para todos el infaltable “Táctica y estrategia”, y también “Rostro de vos” y “Bienvenida”. Vuelve a suceder la magia: la morena me mira intrigada y sonriente, y lo que es aún mejor, mi amigo David M. –en cuya cabeza (pensábamos) solo existía espacio para la cotización del dólar- comienza a aprenderse un poema para acometer (por enésima vez) la conquista de una escurridiza ucraniana adicta al vodka…

Toma 4
Dos cuerpos húmedos y gozosos, ajenos al mundo. El corazón que sigue desbocado, con la lengua afuera. Las mutuas almas enredadas flotando –envidiosas y transpiradas- a varios metros sobre la cama.

Quiero decir algo (y no me sale nada, ni siquiera espuma), tan solo versos de Benedetti. Y los voy pronunciando en prolijo desorden, primero como un río, luego como una catarata. Los repito como si me los estuviera inventando en ese momento, como si los estuviese creando ahí, justo para esa exacta mujer, como si fuese la primera vez que son pronunciados… y quizá lo es.

Toma 5
En el medio de mi felicidad, alguien desliza, venenoso, un: “…pero tu poesía se parece a la de Benedetti…”. Yo, encantado, le agradezco el elogio…

Toma final
17 de mayo. 18:30 con 38 segundos. Mientras tomo un café me llega el sms escueto y fatídico: “Se murió Benedetti…”.

Digo (maldigo) algo en voz alta. Momentos después alguien me pregunta en la cocina “si lo conocí”. Esta vez no dudo, le digo que “sí”, y pienso: “sí, querida prima, con seguridad, mucho más que a vos...”.

3 comentarios:

RONALDO dijo...

Envidiable escritura compañero... y envidiable el tema también.

Vania B. dijo...

Entrañable como siempre.

Un abrazo, mi querido Puky.

Toborochi dijo...

Ronaldo:

Envidiable tu viaje, carajo. Esto es literatura nomás, jajajaja... snif.

Ya sabés, hacé que nos lleven a todos.

Vania B.:

Querida, "tú siempre tan tú".

Gracias, un abrazote.